miércoles, 6 de agosto de 2008

Usted no me lo va a creer...

Entre los no pocos demonios que me atormentan se cuenta uno que, además de particular y francamente infrecuente - o al menos, si frecuente, decididamente inconfesable para el resto de mis congéneres – configura una de las grandes razones por las cuales me he vuelto persona no grata en los más granados círculos de cultores de la ópera y en el “sueño del pibe” - profesionalmente hablando, claro está - de buena parte de la comunidad psicoanalítica que pulula por estas pampas freudianas.

Me dan mucho cagazo las gordas.

Ya está, te lo dije. Pero no un miedito cualquiera, ni aprehensión, ni cosita. No, señoras y señores. CA - GA - ZO. Miedo pánico, de ese que te tatúa un rictus de horror en el rostro.

Si, ya sé, vos también me vas a venir con la cantinela de la discriminación, que soy un infelíz superficial, una víctima más del sistema capitalista, que estoy entongado con Jorge Hané, que estoy buscando el auspicio del Dieta Club... No, nada de eso. Me dan miedo, no me preguntes por qué.

Cuando se me ocurrió, hace como cinco años, consultar a un facultativo que pueda enfrentarse con éxito a los demonios que me atormentan y le conté lo que me pasaba obtuve como primer respuesta una sonora carcajada y una serie de indagatorias sobre mi infancia y despertar sexual que sería largo y tedioso de reproducir en este momento.

Miedo, mucho miedo me dan... y mirá que las esquivo, pero no hay caso, más temprano que tarde siempre aparece uno de estos ballenatos y me asfixia bajo un manto de horror contra las paredes de colectivos, trenes o subtes y me taro, me falta el aire, siento que me voy por la rejilla y no hay rivotril que valga. Ahí sí que con gusto me agarraría a trompadas con el turro de Botero...Pero no es culpa de Fernando.

Una vez creí hallar el antídoto perfecto, y de hecho funcionó hasta hace pocos días. Aquella fría mañana de 2004 había tomado, como era habitual en esa época, el 136 a Primera Junta de las cuatro y media de la matina desde la parada de la plaza del Paraíso de los Canes, como llamamos los locales de mi amistad y conocimiento al Pueblo del Arbol - lugar donde resido más por ensañamiento de los dioses con mi persona que por cualquier otra razón atendible -, Venía – te decía, bah... iba - muy tranquilo mirando los mil destellos que nacían en la furibunda helada que estaba cayendo en los pastizales a la vera de la ruta al ser iluminados por el habitual tránsito de bondis, remises truchos y camiones de hacienda que la pueblan a esas horas, cuando la noche comienza a bostezar y se prepara para irse a apoliyar hasta que le toque tomar el turno de laburo nuevamente... En eso estaba cuando de pronto una sombra enorme apagó las luces del bondi, que empezó a rezongar como si estuviera trepando el Aconcagua con las ruedas desinfladas; La sombra se fue agrandando cada vez más a mi alrededor al tiempo que el aire se hacía espeso, caluroso y con un pertinaz olor a ... no che, ¡no seas jodido, lector!, ¿cómo se te ocurre imaginar que olía a azufre?. No, olía a Pasión Gitana de Avon. Yo me cueteo acá, fue lo primero que pensé, pero justo ese día no había tomado el bondi ninguno de los pibes del barrio que salen a laburar de caño para mangarles la herramienta, y bien se sabe que encontrar un rati en el 136 es mas difícil que volcar un 3CV, así que desistí de mis suicidal tendencies, entre paréntesis cómo sonaba esa banda, y busqué, luego de dedicar grotescos improperios a los dioses en lunfardo – porque no sé si saben que los dioses hablan en lunfardo –, algún entretenimiento que distrajera mi mente de la sensación opresiva que había tomado por asalto mi pecho...

No doctor, no fue un bobazo lo que me dió, es que la gorda se despatarró en el asiento y me estampó contra el vidrio, a los 46 segundos exactos se durmió, tres minutos después roncaba como una desgranadora de maíz y con cada lomo de burro emitía un gemidito – si, de esos gemiditos – y caía violando ya no solo el espacio aéreo de mi asiento sino también tomando cabeceras de playa en el mismo y yo cada vez más finito y asustado y transpirando y oliendo a ese apestoso Pasión Gitana y cada vez subía más gente y afuera hacía mucho frío y nadie abría la ventana y yo estaba justo en esos asientos que quedan al medio de dos ventanas y no podía respirar y una sensación de enorme angustia se había llevado todos los signos de puntuación de mi lenguaje y me agitaba de solo pensar las palabras que mis pulmones apretujados no podían alimentar del aire necesario para ser emitidas y me desmayé.

No sé cuanto tiempo habrá pasado, pero me desperté y la gorda ahí estaba, sudorosa, babeada de dormir roncando, pero erguida, sin hacer contacto y oliendo a Pasión Gitana como siempre. Pensé en desperezarme y noquearla como Schwarzenegger en esa película donde transportaba un preso y hacía esto mismo, pero al toque me dí cuenta que por más que sé que tengo la mano pesada, para noquear a este mastodonte iba a necesitar una de esas mazas que usan los matarifes, así que también desistí de esta fantasía hollywoodense y decidí solazarme en la fría belleza de las matemáticas, ahí nomás me puse a calcular en mi libretita de apuntes para un cuento las magnitudes del cráter que produciría la gordita si la arrojaba en caída libre desde diferentes alturas en un terreno que posea un índice de resistencia al punzonamiento de 0.8 kN, ponele. Así se me pasó el viaje y cuando la gorda bajó en la curva esa de Liniers donde están todos los negocios mayoristas de chucherías para buscavidas sentí cómo me volvía el alma al cuerpo, junto con la sangre que hacía rato había dejado de alimentar mis extremidades inferiores, un poco por el chiflete que venía de los burletes carcomidos de la puerta del medio del bondi y mucho más por el efecto estrangulante del peso de la vaquillona que a pesar de lo que estipula el Hütte insistía en vulnerar las leyes de la física de los sólidos.

El método funcionó como un relojito hasta anteayer, y si tenés un rato preparo unos amargos y te cuento lo que pasó...

¿¡Cómo!?. ¿Ya son las siete de la mañana?... Disculpáme, por hoy lo dejamos acá, me tengo que ir a trabajar, la próxima vez que nos veamos te cuento lo que pasó anteayer.

Chau, después nos vemos.

18 comentarios:

Mrs Cucuzza dijo...

Jajajaja!!!
A mi me pasa algo parecido, pero soy un poco más amplia que ud. Paso a detallar:
- Señoras bigotudos
- Hombres con pelo en la espalda
- Jovenes con rastas
- Muchachas peladas
En ninguno de los casos sé porqué, pero ahora que lo detallo, me parece que el pelo, bello o cabello tiene algo que ver con mi repulsión.
Lo voy a tener que tratar el miercoles que viene con la psicologa, sisi....

Anónimo dijo...

A ver si lo entiendo, don Sardina... Este tipo de pánico se lo causan las gordas y no los gordos. ¿O sea que es una cuestión de peso y género, no de peso solamente?

Minombresabeahierba dijo...

Me superó lo de "mas difícil que volcar un 3CV", es imposible volcar un 3CV!!! Estimo que de hay en adelante luego de oler tanta Paion Gitana, el olor a transpiración y otros efluvios corporeoes pasaron a ser algo asi como aromas a florecillas campestres. un abrazo...suave, sin apretar.

sardinasinsodio dijo...

Lau: Si queréste paso el teléfono de aquel facultativo que consulté. Las sesiones no son caras, aunque deberás tener en cuenta el costo de los pasajes.Habrá que hacer una vaquita.;)

Lucy: Las fobias no saben de lógica. Besos ilógicos.

Herbolario: propiamente a lotus corniculatus olían (La Chona dixit). Y ahora que lo pienso, muy probablemente se deba a eso el color amarillo que ví justo antes de desmayarme...jajaja. Un abrazo, hermano.

Minombresabeahierba dijo...

Sardina su cultura no deja de sorprenderme! no cualquiera maneja un lotus corniculatus, y bien amarillas.....y mas que lotus tenuis.........ahora el olor de los medicagos con la cumarina, otra que Pasion Gitana!

sardinasinsodio dijo...

Vagos recuerdos de cuando vivía en el campo, amigo,solo eso.

Lo de los medicagos se lo debo, mi memoria olfativa no los recuerda... pero prometo olfatear si me cruzo con alguno.

María Gabriela Costigliolo dijo...

me quede pensando.. de cuanto seria la magnitud del crater.???
muy bueno a mi me dan fobias cagazo madre los bigotes y el flequillo de mi gobernado(Còrdoba) ... jajja unn beso

sardinasinsodio dijo...

En el caso de la vaquillona del cuento me daba enorme, Gaby!...ajajaja

Marilupy dijo...

¿Pocos demonios?... hunnn...
... y ufsss... hay tantos hedores dentro de un gordo o una gorda... jajaj... ¡¡¡dicen!!!

Por si acaso no dejo el gym... y consumo sardinasinsodio... jejej

sardinasinsodio dijo...

guarda, mirá que crea adicción!. El gym,digo... ajajajaa

Minombresabeahierba dijo...

No se por donde eran sus pagos campestres,los medicagos son los que llaman "trebol de olor" son plantas no rastreras, sino medianamenta altas de flores blancas o amarillas, suelen estar en zonas de poca lluvia o suelos salinos, o en bajos. Si vacas lecheras comen demasiado de estas plantas, dan leche con gusto fuerte...mala leche vio?

sardinasinsodio dijo...

Ahora sí que me oriento, el trébol blanco!(pero el alto, no el enano). Se agradece.

Y ya que estamos embretados en este asunto de las pasturas, aquél Trébol de la Buena Suerte de Héctor Pérez Pícaro. ¿Cuál de los Trifolium vendría ser? (Aunque mejor sería nmbrarlo Quadrifoglio, como decía la nonna ... y porque sería todo un golpe de suerte llegar a entrarle a un Alfa Romeo)

Mrs Cucuzza dijo...

Esto ya derivó en cualquier cosa, organicemosé por favor!!!
Estabamos hablando de fobias, y hasta confesé las mias hacia los bellos, y ahora estamos hablando de entrarle a un alfa romeo!!! que es esto, por dios!!!!

sardinasinsodio dijo...

Lo que yo no entiendo bien es si les tenés fobia a los muy peludos (vello) o a los tipos lindos (bellos)...

Minombresabeahierba dijo...

Lau!!! no seas envidiosa del Alfa Romeo!!!!!!!! el que tiene guita hace lo que quieree. Sardina saquela a dar una vuelta.

Uy que memorioso, el Trébol de la Buena Suerte de Héctor Pérez Pícaro!!! puede ser de los treboles del genero Trifolium el blanco o el rojo, en general en lugares muy fertiles o humedos a veces desarrollan mucha foliosidad y aparecen hojas con cuatro foliolos. Yo tengo algunas de cuatro hojas...pero todavia no le le entre ni aun Audi A4, ni A6.ni A8.

sardinasinsodio dijo...

jajajjaja: primero tendría que agenciarme de unos cuantos miles de verdes folíolos para comprar el Cuore Sportivo... después es cuestión de acomodarse. Con un poquito de voluntad entramos todos en el auto.
Por ahora, sigo abordando religiosamente mi Mercedes Benz con chofer en la Plaza del Paraíso de los Canes.ajajaja.

Lindo bichardo el A8, aunque te hacía más en una Defender, o una Niva al menos, pero en un vehículo campero.

Minombresabeahierba dijo...

No soy hombre 4x4, quizas ver tantas mujeres manejando 4x4 en la ciudad para llevar dos cuadras sus hijos al colegio me creo cierta antipatia. Si habre andado añares cuando tenia el Renault 19 hundido en caminos de barro arcilloso bajo la lluvia, en medio de potreros arados, en ppasturas, en sierras sin caminos y nunca me dejo. Las mujeres siempre me dejaron, claro. ahi equilibro. Tanto hablamos de alfa romeo...me acabo de acordar, mi autito tiene motor Alfa Romeooooooooo , otra que la feyari testa rosa!

sardinasinsodio dijo...

Tenés Palio o Siena TD, tal vez?.
El 19 es otro fierrazo, un tanque de guerra.

Abrazo, y buen día!. (parece q arrancamos tempranito los dos la domenica).


P.D: A mí también me dejan en cualquier lado, negro...para mi que vienen más olvidadizas las minas ahora,jajaja.

P.D2: Si querés seguimos charlando en este bloque de comentarios aunque ya posteé ayer temprano. Por mí, todo bien, total el blog todavía es chico y se llega rapido a todos sus rincones

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POSTDICCION: LEE Y SERAS CAPAZ DE VIAJAR EN EL TIEMPO...

Los hechos y circunstancias aquí descriptos pueden o no ser veraces. Para saberlo deberás leer más allá de lo evidente... Y de eso se trata este juego, de estimular el hábito de la lectura de un modo ameno y, en la medida de lo posible, provocándote una sonrisa cada vez que descubras el sentido oculto de estos aparentes delirios...

"No sé qué opina el mundo de mí; pero yo me siento como un niño que juega en la orilla del mar, y se divierte descubriendo de vez en cuando un guijarro más liso o una caracola más bella de lo corriente, mientras el gran océano de la verdad se extiende ante mí, todo él por descubrir."
( Isaac Newton,1727).

Bienvenidos al charco.
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... La vida es un segmento de recta, si tuviera sentido sería un vector. (Reivaj Idras. Post mortem, nihil est; Ed. J.Pastorius,Nicea.1632)
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NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS

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